miércoles, 28 de octubre de 2009

La eduación inclusiva para niños discapacitados, da su primer paso


Se busca que los niños y adolescentes con discapacidad se sientan parte de un entorno. No existen cifras oficiales, ni siquiera estimaciones, sobre la población con discapacidad en el país.








Todos mezclados. Los 55 niños y muchachos con capacidades diferentes que pasan clases en el Centro de Educación Especial Huáscar Cajías comparten aulas, aunque unos son sordos, otros tienen síndrome de Down, un par tiene retraso intelectual y alguna padece discapacidad física.

La infraestructura pertenece a la escuela de educación regular República de China, en la zona de Villa Pabón, que presta sus ambientes para que se forme a niños con capacidades especiales.

Es uno de los dos acercamientos de educación inclusiva en la ciudad de La Paz, el segundo está en el establecimiento 4 de Julio, en la zona de Tembladerani. El objetivo es que la educación regular abra sus puertas a quienes conviven con alguna discapacidad y no sean separados para recibir una formación diferenciada y rezagada del entorno.

La próxima semana, en Tarija, se hará el encuentro de construcción colectiva de la malla curricular para Educación Especial, donde el Ministerio de Educación pondrá a consideración un diseño borrador que plantea que los chicos con alguna limitación se sumen a escuelas regulares para aprender la misma malla curricular, pero con otras metodologías.

“La inclusión ayuda a que el niño con limitación, corporal o intelectual, tenga un desarrollo mejor y se sienta parte de un entorno, eso hace bien a su estado”, explica la viceministra de Educación Especial, Silvia Chumira.

Coincide la directora del Centro de Investigación Social para el Desarrollo Socioeconómico (Ceindes), Marcela Morales: “Cuando se dice educación especial se promueve un subsistema”.

Observa que el sistema educativo actual no está preparado para esa enseñanza, pues carece de métodos de evaluación y, debido a la discriminación, los establecimientos que los inscriben no se preocupan por su aprendizaje, sólo velan por ellos en las aulas.

La propuesta para la currícula exige que los docentes amplíen sus conocimientos, usando herramientas pedagógicas y didácticas diferentes. Chumira aclara que los maestros deberán tener programas paralelos, con la pedagogía académica regular y otro para el niño diferente.

Profes multiuso

La hora de Educación Física en el Centro Cajías —creado en 2006— es un marco diverso: una alumna en silla de ruedas acompaña al grupo en el que forma parte un compañero con síndrome de Down.

La directora Elizabeth del Carpio recuerda que el centro debía dar sólo educación para discapacidad auditiva, “pero los niños tienen problemas agregados”, es decir, son sordomudos, o además del problema auditivo tienen limitación intelectual, entre otros.

Allí, un docente debe estar preparado para responder a la formación de ese alumnado heterogéneo por las discapacidades varias y la edad, ya que cobija a niños desde los cuatro años hasta chicos de 20, en sus ciclos inicial hasta octavo de primaria.

Los educadores preparan programas y evaluaciones diferentes para un mismo curso. Del Carpio explica que para los estudiantes sordos la currícula es regular, pero para quienes tienen retardo intelectual o síndrome de Down se dicta educación funcional, que desarrolla habilidades mediante prácticas didácticas o técnicas, como pintura o juegos.

El oficial mayor de Desarrollo Humano del municipio paceño, Rolando Mendoza, sostiene: “Es una forma de acercar a los niños con discapacidad a programas regulares”.

Destaca que su despacho impulsa un proyecto de inclusión en 60 centros infantiles municipales que cobijan a menores de seis años con discapacidades y pequeños que no las tienen.

Según dice, la Alcaldía inaugurará en 2010 una unidad educativa en Alto Obrajes para congregar en clases tanto a chicos especiales como a regulares. Además estrenará un edificio en el que se prepare a esa población para su inserción.

Tareas pendientes

No hay cifras, ni una estimación. La población con discapacidad es “subterránea” en los registros del Estado. La directora de Educación Especial del Ministerio, Delia Apaza, admite la carencia de estadísticas de cuántas personas con limitaciones —y de qué tipo— hay en el país.

“El Viceministerio tiene tres tareas: hacer un registro de centros y unidades educativas; acreditarlos y, finalmente, debemos normar su función”.

Pese a los intentos por lograr que esos estudiantes dejen de estar rezagados en un aula, Morales considera que no hay un ejemplo real de educación inclusiva que enseñe al niño con capacidades especiales con respeto.

Un desafío para los maestros

La próxima semana se definirá el rumbo de la educación para estudiantes con capacidades especiales en Bolivia. Ello sucederá en el marco del encuentro pedagógico de construcción colectiva que el Ministerio de Educación lleva adelante desde el martes 5 de este mes, donde se analiza y discute la propuesta de una nueva malla curricular.

El magisterio decidirá en la cita si acepta o no las nuevas responsabilidades de la propuesta curricular, la que compromete a sus integrantes a que se preparen no sólo para enseñar con la metodología convencional, sino que se capaciten en pedagogía para discapacitados.

La viceministra de Educación Especial, Silvia Chumira, sostiene que ello implica, por ejemplo, que si en un curso hay un alumno sordo, el docente debe manejar el lenguaje de señas; o el manejo de la escritura Braille cuando se presente el caso de educandos ciegos.

En ese marco, las materias, el programa y la currícula serán las mismas para todo el curso. Empero, si en el aula hay un discapacitado intelectual, el maestro debe elaborar dos programas diferentes, pues no considerará la rapidez del aprendizaje sino los avances, en cuyo caso su evaluación será completamente diferente.

La directora de Educación Especial del Ministerio del área, Delia Apaza, aclara que el magisterio tiene la posibilidad de encarar ese reto, pues lo que se pretende es no fragmentar la educación. Dijo que la currícula en las normales superiores debe cambiar, para que los futuros profesores reciban las herramientas para esa pedagogía.

Chumira precisa que debido a esto, los profesores no sólo se prepararán para las modificaciones de las materias comunes, sino también deberán capacitarse en esos métodos, y el proceso previo a la implementación será exigente. Pese a ello, espera que el próximo año en cada departamento del país emerjan las primeras experiencias de educación inclusiva, sobre todo en escuelas fiscales y gratuitas.

La situación

De cada 100 niños, 25 tienen algún tipo de discapacidad, física o mental, según Silvia Chumira.

Al menos el 60 por ciento de esos 25 no recibió ningún tipo de educación, añade la Viceministra.

El 3 por ciento de la población mundial tiene alguna limitación, de acuerdo con la OMS.

Unos 300.000 bolivianos tienen discapacidad intelectual, según Special Olimpics Bolivia.

Aproximadamente 175.000 viven bajo la línea de la pobreza y de ellos, 83 son del área rural.

En junio debe presentarse la nueva malla curricular del sistema educativo boliviano.

El Ministerio de Educación proyecta ponerla en vigencia desde el próximo año.

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